Se trata de un negocio poco explotado en Colombia: La venta de calzones usados a los tippers o seguidores. Estos son los secretos de la industria del calzón usado.
Los primeros sitios que le dieron paso a este tipo de mercancía fueron Pantytrust y Sellyourpanties.
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Un panty puede costar entre 20 y 200 dólares. Pero lo cierto es que no hay límite. Los precios pueden variar según el uso, si tienen o no fluidos, incluso, su valor también se calcula por el tipo de lencería y el país de origen de la prenda.
A Lady Kitten, una joven inscrita en la web Sofiagray.com, le pagaron 5.000 dólares por unas pantaletas usadas durante tres semanas, en 2016.
Los amantes del olor a ropa interior, sin lavar, son el principal target del negocio. Esta industria nació hace 20 años.
El mercado en Colombia
Colombia tiene un reto para la venta de la ropa interior sucia. A diferencia de Estados Unidos y Europa, donde las modelos pueden hacer envíos a sus compradores con mayor facilidad, para una Camgirl colombiana los costos de un envío pueden es en ser elevados. Por eso, entre $200.000 y $300.000 deben estar destinados solo para el mandar el paquete a otro país.
Entonces unos calzones usados, como mínimo, debe ser vendido en unos 100 dólares para que una modelo obtenga ganancias. Y contratar a una empresa de prestigio para hacer el envío de este valioso tesoro.
¿Dónde las puedes vender?
Pantydeal.com
Panty.com
Secretpanties.com
Pantysecreta.com
Sellpantiesformoney.com
Pantyzoo.com
¡A la venta!
Diego, un modelo colombiano webcam que transmite desde Chaturbate, logró hacer un gran negocio. “Fue para un usuario que es súper amigo y me pidió una prenda. Al principio, en dos transmisiones tuve que utilizar los mismos boxers sin lavarlos. Después hable con él y cada vez que nos veíamos, yo tenía que hacer mi cum (eyacular) sobre ellos”, explica.
Luego de mes y medio haciendo su cum encima del bóxer y una petición especial para que fuera orinado previo al envío, ganó 700 francos suizos (unos 2.4 millones de pesos). El envío a Zurich costó unos $200.000.
“Mi tipper estaba muy contento, me decía que no pensaba que pudiera a cumplir. Ahora me envía un millón de pesos mensual a mi cuenta bancaria y otros 9 mil tokens quincenales en mi show”, dice Diego.
Las condiciones del tipper
“Tienes que comprar la ropa, usarla y como mínimo que te la pruebes en cámara, que haya fluidos y olores. Algunos piden más. El fetiche es que se quede el olor de la persona”, cuenta Marcela, una camgirl colombiana que también se acercó a este mercado.
Explica, además, que muchas empresas de envíos piden que la ropa esté nueva. “Ahí toca hacer la trampa. Comprarlas, usarlas y reempacarlas en su bolsa original para que pasen como ‘nuevas’. Incluso hay algunas empresas que solicitan facturas de compra”.
No es lo único que se vende
En webcam hay mercado para todos los tipos. Las modelos pueden poner en venta sus pantys, algunos cuadros que realizan en shows más artísticos, dulces hechos por ellas mismas y hasta golosinas que han pasado instantes por sus bocas.